Sobre la propiedad intelectual de las descripciones archivísticas

Hablando recientemente con unos compañeros, salió a la palestra una cuestión que a menudo es objeto de comentario en foros profesionales cuando se tocan temas de propiedad intelectual: los derechos de autor de las/os archiveras/os con motivo de las descripciones que realizan como parte de su actividad. Lo que sigue a continuación son unos breves apuntes que tenía sobre ello, centrados en el caso de los archivos públicos y que representan únicamente mi opinión en la materia.

A tenor de lo establecido en el texto refundido de la Ley de Propiedad Intelectual, aprobado mediante Real Decreto Legislativo 1/1996, de 12 de abril (en adelante TRLPI), resulta bastante difícil considerar las descripciones archivísticas realizadas por funcionarios públicos como parte de su actividad, como fuente u objeto de derechos de autor de dichos funcionarios.

Ha de tenerse en cuanta, en primer lugar, que para ser objeto de protección (tal y como se define en el Cap. II del Título I del TRLPI), una descripción archivística debería constituir por sí misma una creación original de carácter literario, artístico o científico (art. 10), más allá de una mera representación. Este podría ser el caso de las descripciones de agrupaciones intelectuales superiores a la unidad documental, o de determinadas descripciones de agentes o de funciones. También podrían tener dicha consideración las estructuras jerárquicas o asociativas en que se organizan intelectualmente las descripciones (por ejemplo, los cuadros de clasificación), al amparo de lo señalado en el art. 12. O aquellas descripciones que constituyan un compendio, resumen o extracto (art. 11.3) de alguna obra original de las señaladas en el art. 10 (por ejemplo proyectos, planos, maquetas y diseños de obras arquitectónicas y de ingeniería; o gráficos, mapas y diseños relativos a la topografía, la geografía y, en general, a la ciencia; o las obras fotográficas). 

No obstante, creemos que para ello ha de existir en todo caso cierta labor de creación intelectual, más allá de la mera traslación de datos evidentes (aunque estén en un sistema de escritura diferente o requieran unos conocimientos o habilidades especiales). Especialmente, cuando esta tarea de compendio, resumen o extracto se refiera a contenidos de categorías excluidas expresamente del objeto de propiedad intelectual (art. 13) -las disposiciones legales o reglamentarias y sus correspondientes proyectos, las resoluciones de los órganos jurisdiccionales y los actos, acuerdos, deliberaciones y dictámenes de los organismos públicos-, al igual que se excluye del objeto de protección a las traducciones oficiales de los textos anteriores.

Por otro lado, si las descripciones se realizan para su incorporación en un sistema de descripción archivístico que se nutre de aportaciones de personas diversas, conforme a una plan determinado, cabría la posibilidad de considerar al conjunto del sistema como obra colectiva, en el sentido expresado en el art. 8 (“[se] considera obra colectiva la creada por la iniciativa y bajo la coordinación de una persona natural o jurídica que la edita y divulga bajo su nombre y está constituida por la reunión de aportaciones de diferentes autores cuya contribución personal se funde en una creación única y autónoma, para la cual haya sido concebida sin que sea posible atribuir separadamente a cualquiera de ellos un derecho sobre el conjunto de la obra realizada”). En este caso, señala dicho artículo que salvo pacto en contrario, los derechos sobre la obra colectiva corresponderán a la persona [jurídica, en este caso] que la edite y divulgue bajo su nombre.

En cualquier caso, se puede entender, por extrapolación de lo señalado en el art. 51.2 (“[a] falta de pacto escrito, se presumirá que los derechos de explotación han sido cedidos en exclusiva y con el alcance necesario para el ejercicio de la actividad habitual del empresario en el momento de la entrega de la obra realizada en virtud de dicha relación laboral”), que los derechos de explotación corresponden en exclusiva a la Administración. Dichos derechos están recogidos en la Sección 2ª del Capítulo III del Título I del TRLPI, e incluyen “en especial, los derechos de reproducción[1], distribución[2], comunicación pública[3] y transformación[4]” (art. 17). Todo ello sin perjuicio del derecho moral del autor (Sección 1ª del Capítulo III del Título I del TRLPI), en especial el derecho al reconocimiento de su condición de autor de la obra, siempre y cuando no se considere, como ya hemos señalado, como obra colectiva. Aunque creemos que nunca está de más, por una cuestión de deferencia y de visibilizar la labor silenciosa del personal técnico, pero también para fomentar la transparencia de los procesos archivísticos, señalar el nombre de las personas que han intervenido en la descripción, cuando no proporcionar la trazabilidad del contenido de la misma o su historial de cambios, como si de un artículo de la Wikipedia se tratara. No en vano, las normas de descripción archivísticas cuentan con elementos al efecto -por ejemplo, la nota del archivero de ISAD(G)-.

En conclusión, podría decirse que, con carácter general, no parece que los archiveros dispongan, según nuestro ordenamiento, de derechos de propiedad intelectual sobre las descripciones que realizan como parte de su trabajo, pudiendo la Administración reproducir, distribuir, comunicar públicamente y transformar dichas descripciones. Así mismo -y para el ámbito estatal-, podrían ser reutilizadas por terceros sin sujeción a condiciones específicas (art. 8 del Real Decreto 1495/2011, de 24 de octubre, por el que se desarrolla la Ley 37/2007, de 16 de noviembre, sobre reutilización de la información del sector público, para el ámbito del sector público estatal), al menos hasta que no se declare otra modalidad de puesta a disposición para las mismas, previa orden ministerial al efecto (aunque esa sea otra historia).

No en vano, ya lo dejaba claro el lema del Cuerpo Facultativo de Archiveros: sic vos non vobis

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Reimaginando la descripción y el acceso

He vuelto. Problemas y circunstancias personales me han tenido ocupado los dos últimos meses… y ahora me resulta difícil retomar el blog. Afortunadamente, tenía unas cuantas notas, a modo de preguntas y respuestas, a propósito de unas lecturas (al final del texto enlazo con ellas) sobre el futuro (o el presente) de los sistemas de descripción archivística, que me gustaría compartir para conocer vuestra opinión.

  • ¿Cuál es la situación actual de la descripción y el acceso a las descripciones archivísticas? Estamos en un momento de transición… aunque da la impresión de que llevamos un montón de tiempo en él. O que siempre estamos en transición. Lo que pasa en la actualidad es que se ve más claramente hacia dónde debemos dirigir nuestros pasos: de los instrumentos de descripción tradicionales, textuales, lineales, unidimensionales… hacia unos “sistemas de descripción y acceso” (utilizando la terminología de Pitti) multidimensionales y abiertos.
  • ¿Cómo empezó todo? Posiblemente, el elemento que más haya incidido en esta tendencia han sido las nuevas tecnologías: los SGBD primero y las tecnologías web después, que están dando lugar a un importante cambio en la forma de acceder a los recursos archivísticos y, por tanto, en cómo entenderemos y llevaremos a cabo la descripción. Nuevas tecnologías que ya no son tan “nuevas”, como tampoco lo son algunas de las ideas sobre las que se sustenta el cambio. Por ejemplo, se reconoce ahora el valor del sistema australiano de series y se cita como precedente el famoso artículo de Peter Scott de 1966 (“The Record Group Concept: A Case for Abandonment” [pdf]). Otros elementos que participan en esta transición pueden ser los tampoco ya tan nuevos modelos de la descripción bibliográfica; o la ampliación del corpus normativo del ICA (habrá que acostumbrarse a ponerlo así) a partir de ISAAR(CPF) y lo que supone su implementación.
  • ¿Cuál es el objetivo deseable? Superar la “inadecuación funcional” de los IDDs tradicionales: no se trata de “escanear inventarios”, sino de adaptarlos al “nuevo” medio (computer-friendly) y a las personas (user-friendly). Algo así como abrir las puertas de unos Archivos 2.0 en una Web Semántica.
  • ¿Qué pasos se están dando? Según Pitti, es necesario realizar un análisis riguroso de la lógica y la estructura de la descripción archivística. Por eso, la definición de un modelo conceptual de la descripción archivística se considera algo prioritario y la comunidad internacional ya está trabajando en ello. Ahora, “las relaciones están en el centro de la descripción”, dice otro de los textos. En España, ya llevan algún tiempo estrujándose la mollera los componentes de la CNEDA; y en la última Reunión anual del Comité de Normas y Buenas Prácticas (CBPS) del ICA se decidió la elaboración de una “declaración general de modelo de datos”, un documento que incluirá una introducción general sobre la evolución de los trabajos de normalización impulsados por el ICA; un modelo conceptual de la descripción archivística, compuesto por una declaración de los elementos de descripción de cada tipo de entidad y la definición de las relaciones entre las diferentes entidades; y anexos con tablas de concordancias a otras normas y trabajos actualmente en curso sobre modelado conceptual. Por los mismos motivos, se hace necesaria la revisión de las normas actuales para adaptarlas a lo que queramos que sea la descripción y acceso: “corresponde a la comunidad archivística dirigir las normas en consecuencia”, dice Mark Matienzo. Por esta razón, las normas del ICA van a ser adaptadas al modelo conceptual que se defina. Pero también las normas EA… (EAD, EAC-CPF), que tendrán que ser más amigables con los SGBD (Pitti habla de integrar lenguajes de marcado y bases de datos), más datacéntricas, más enlazables y “enlazantes”, más acordes con el medio en el que se van a desenvolver, en definitiva.
  • ¿Cuánto tiempo durará esta transición? Pues seguro que todo este jaleo no está resuelto para mañana… No obstante, como escuché decir a Joachim de Posada, “el factor más importante para tener éxito es la habilidad para retardar la gratificación”

Igual me he pasado un poco, ¿no? Bueno, espero que al menos sirva para generar un poco de debate y que el blog vuelva a tener algo de vidilla. Los textos que dieron lugar a esta excesivamente larga anotación son:

Diapositiva 2

Daniel Pitti

Llegan las NEDA (1): Chen-llenberg is in tha house

Desde hoy se encuentra disponible en el sitio web la Comisión de Normas Españolas de Descripción Archivística (CNEDA) el primer resultado de esta iniciativa: el Modelo conceptual de descripción archivística y requisitos de datos básicos de las descripciones de documentos de archivo, agentes y funciones – Parte 1: Tipos de entidad [pdf]. El mismo título ya indica que no se trata de una lectura que nos llevaríamos a una isla desierta (ni siquiera para hacer una hoguera), pero sin duda se trata de unos de los documentos técnicos más importantes de los últimos años, al menos en nuestro país, comparable seguro con el tiempo a la primera edición de ISAD (G). Por eso

Se trata de un borrador final «resultado del trabajo realizado por la CNEDA en parte de la primera actividad del Proyecto NEDA-I, desarrollada desde octubre de 2007 hasta la actualidad», para el que:

La CNEDA invita a cualquier persona u organización interesada a remitir, antes del 1 de mayo de 2009, sus opiniones, comentarios y sugerencias sobre este borrador final. Las propuestas de cambio enviadas serán posteriormente estudiadas por la CNEDA antes de redactar y adoptar formalmente el documento final.

Carta de Abelardo Santamaría a los corintios invitando a remitir observaciones (pdf)

Por primera vez, la comunidad archivística española cuenta con un modelo (casi) completo y flexible para diseñar sus sistemas de descripción archivística. Sólo he podido hacer una lectura, a pesar de que se trata de un documento relativamente corto (126 páginas, 100 de las cuales corresponden a Anexos), por lo que, de momento, me limitaré prácticamente a cortar y pegar:

Este documento tiene por objetivo identificar los principales tipos de entidad del modelo conceptual de descripción archivística, es decir, las clases fundamentales de «objetos» sobre los que se recoge información en los sistemas de descripción archivística. Sin embargo, en este documento también se proporciona información relativa a la identificación de las principales relaciones existentes entre estos tipos de entidad. [p.6]

Ha cambiado ligeramente la terminología respecto de los documentos preliminares, y finalmente se han identificado seis tipos de entidad: documentos de archivo, agentes, funciones y sus divisiones, normas, temas y lugares.

Diagrama básico parcial de relaciones

Diagrama básico parcial de relaciones (p. 29)

Las entidades que pertenecen a alguno de los tipos identificados en este modelo están representadas por descripciones independientes, aunque interrelacionadas, dentro de cada sistema de descripción archivística. La descripción de una entidad concreta, aunque relacionada con otras descripciones, se crea y mantiene de forma separada, para evitar la repetición de información dentro del sistema, mejorar la búsqueda y recuperación de la información, etc. […]
El tipo de entidad documentos de archivo es obligatorio. Los otros cinco son opcionales. Esto significa que en un sistema de descripción archivística concreto es obligatorio que exista al menos una descripción de documentos de archivo (por ejemplo, una descripción de un fondo, de una colección, etc). La existencia de descripciones de agentes, funciones y sus divisiones, normas, temas y lugares es opcional. [p. 10]

Se trata por tanto de un modelo «de máximos», que no obliga a estructurar de forma compleja los sistemas de descripción. No obstante, se llevará con seguridad alguna crítica similar a las de las RDA bibliotecarias. Y eso que por fin el archivero le podrá decir al informático (en un lenguaje que comprenda) : esto es lo que quiero.

Termino aquí mi primera anotación de la era NEDA (algo había escrito ya antes). Seguirán otras: una ya la tengo en mente y se refiere a un comentario que voy a mandar a la Comisión. De momento, sólo felicitar a sus miembros y en especial a su presidente, Lalo Santamaría, por el trabajo realizado. Y esto no ha hecho más que empezar. De momento la perspectiva es buena: ha nacido un nuevo modelo de archivero.Schellenberg y Chen se encuentran: ha nacido Chen-llenberg.

Chapoteando entre RDA y NEDA en busca del recurso sumergido

Imagen tomada de la galeria en flickr de la American Library Association Publishing

Hace unos días recibía un correo electrónico informándome acerca de un texto que desconocía, el borrador de las RDA. Yo había oído hablar -ahora ya puedo decir que conozco, aunque sólo sea por encima- de las RAD, pero no de las RDA. Todavía con media sonrisa tras comprobar que no se trataba de un nuevo afluente destinado a subir el nivel de las aguas de la normalización archivística, decido acercarme un poco a la orilla, con cuidado de no caerme y quedar a merced de las turbulentas corrientes bibliotecodocumentaloides.

Resulta que RDA es una nueva norma de descripción bibliográfica basada en las AACR; de hecho, en 2005, poco después de iniciarse los trabajos que debían conducir a la adopción de las AACR3, “a new approach was agreed on, and the decision made to adopt the title: Resource Description & Access” (sacado del sitio web del Joint Steering Committee for Development of RDA). Concretamente, se trata de una norma de contenido de datos que parte de los modelos conceptuales desarrollados por la IFLA –FRBR y FRAD– y contempla, por tanto, las distintas entidades implicadas en un sistema de información bibliográfica -autoridades (en el sentido amplio del término) incluidas- y sus distintas relaciones. Como me decía el remitente del correo electrónico:

Nuestros colegas bibliotecarios están realmente avanzados en el desarrollo de esta importante norma de contenido de datos centrada esencialmente en la grabación de datos, e independiente de cualquier estructura o sintaxis particular de almacenamiento o presentación de datos (estas últimas cuestiones figuran en los apéndices D y E).

Buscando alguna opinión en la biblioblogosfera al respecto de RAD, di con un ThinkEPI (vía Biblioteca y aula) del que no me resisto a corta-pegar unos párrafos por la dura crítica que realizan a la futura norma:

Karen Coyle y Diane Hillmann critican el camino que están tomando las normas Resource description and access, que es el nombre progresista de las nuevas Aacr3. Se usa el nombre RDA para dar a entender que la nueva norma rompe con el pasado, pero a juicio de las autoras no es así, y lamentan su continuismo de las Aacr2 (1978) “que dejará definitivamente ancladas y marginadas a las bibliotecas en el nuevo mundo de la búsqueda y recuperación de información”, dicen.

Los profesionales de la información necesitan medios estandarizados, pero a la vez mucho más simples, para describir los trabajos de todo tipo, desde monografías hasta objetos informativos. En su borrador actual, las RDA contienen 14 capítulos y 4 apéndices. Sólo los capítulos 6 y 7 tienen 120 páginas. Parece claro que son innecesariamente complejas y caras de implementar. […]

Antes que revisar las reglas de catalogación, las bibliotecas tienen que plantearse si quieren tener un sistema de información que sirva verdaderamente a sus usuarios para encontrar cualquier tipo de información, esté donde esté, o si sólo quieren un inventario –eso sí, perfecto– de su colección. Los que abogan por implementar sólo cambios “graduales” en la actual situación de avance vertiginoso, es posible que cuando se den cuenta ya les hayan quitado todo el terreno.

Peset, Fernanda; Baiget, Tomàs. «Catalogación, sí; pero, ¿cómo?». En: Anuario ThinkEPI, 2008. Disponible en E-LIS.

Esto me hizo pensar, sumergido de nuevo en aguas más conocidas, en las reacciones que puede tener la nueva ola normalizadora en lo que a la descripción archivística se refiere (ISDF, ISDIAH, NEDA…). La CNEDA, de acuerdo con su programación general, está desarrollando un “modelo conceptual de descripción archivística y de los requisitos de datos básicos de las descripciones” como punto de partida para elaborar un conjunto normativo que sin duda será tanto o más complejo que RDA. ¿Suscitará este trabajo críticas en la comunidad archivística semejantes a las referidas a las futuras RDA?

Creo que no es la primera vez que pregunto cosas similares, pero… ¿Cuál será la tendencia en los próximos años en lo que a sistemas de descripción archivística se refiere? ¿Nos decantaremos por sistemas muy estructurados u optaremos por googlelizar bases de datos unidimensionales? Desde mi punto de vista, es preferible lo primero: siempre podremos implementar un sistema de recuperación a texto completo que complemente la búsqueda a partir de metadatos (y la tan descuidada navegación). Además, permite dar cabida a las últimas tendencias que realzan la tradicional importancia del contexto en la información archivística.

El proceso de descubrimiento de recursos por parte de los usuarios es más complejo (creo yo) en los archivos que en las bibliotecas; o, al menos, diferente. Y en este sentido, “las prácticas y convenciones archivísticas -dice Michael J. Fox– están muy lejos de la normalización de las técnicas bibliotecarias”:

Esta realidad responde a dos cuestiones. La primera es simplemente que la normalización de los datos ha tenido menos importancia para los archiveros puesto que dicha información no se compartía ni se integraba con información similar de otros archivos, tal y como sucede con los datos de catalogación en las bibliotecas. Obviamente, esta situación está cambiando.

La segunda cuestión ha sido nuestra histórica preocupación por la procedencia. Cuando yo estudiaba para ser archivero se decía que entender los orígenes de los distintos documentos de mis archivos era todo lo que necesitaba para encontrar los documentos adecuados para cada investigador. Si nos paramos a pensar cómo se trabaja realmente en una sala de investigación, se puede decir que este planteamiento teórico de acceso a los archivos era una gran simplificación.

Efectivamente, mis antiguos compañeros tenían en cuenta otros aspectos de los documentos, como lugares relacionados, materias, personas y otras cuestiones, a la hora de identificar documentos de interés para los investigadores. El problema era esencialmente que no teníamos el modo de reunir todo ese conocimiento de un modo normalizado que pudiera emplear cualquiera, para que pudiese ser conservado y compartido en el tiempo y entre distintas instituciones”.

Michael J. Fox: “Resolviendo el rompecabezas de las normas de descripción: encajando las piezas”, pp. 22-23. Tábula nº 11 (2008): Actas del V Congreso de Archivos de Castilla y León.

Para terminar: estoy seguro de que RDA será una de las normas de referencia que utilice la CNEDA para elaborar sus productos; esperemos que su resultado adopte una presentación web y funcionalidades como parece que tendrá la futura RDA (ver demo [pdf]). Sería de gran utilidad. Un salvavidas con el que -casi seguro- que no nos ahogamos en un mar siglas.

Actualización: enlazo con el artículo de Coyle y Hillmann que citan Peset y Baiget.

Buenas noticias sobre las NEDA

El BOE del pasado viernes (nº 131 de 1 de junio de 2007) ha publicado la Orden del Ministerio de Cultura por la que se crea la Comisión de Normas Españolas de Descripción Archivística (CNEDA). Concebida como un órgano colegiado con carácter de grupo de trabajo, estará compuesta por Abelardo Santamaría Gallo y Ramón Martín Suquía, como presidente y vicepresidente, respectivamente; y como vocales, Antonia Heredia Herrera, Javier Barbadillo Alonso, Alejandro Delgado Gómez, Juan José Generelo Lanaspa, Pedro López Gómez, María Josefa Villanueva Toledo e Isabel Ceballos Aragón, que actuará como Secretaria.

Sus funciones, de acuerdo con dicha Orden, serán:

  • Asesoramiento en la redacción, mantenimiento y revisión de las NEDA.
  • Asesoramiento sobre las actuaciones necesarias para la difusión y conocimiento de las NEDA.

Aparte del empujón que supone para la normalización en el ámbito de la descripción archivística en nuestro país, este documento consagra la propuesta realizada por Abelardo Santamaría en “La Norma Española de Descripción Archivística (NEDA): Análisis y Propuesta de Desarrollo” y que ha generado un giro copernicano con respecto al proyecto NEDA inicial.

Este documento, de recomendable lectura, consigue entroncar la tradición archivística en lo que se refiere a la descripción, con el diseño de los nuevos sistemas de información orientados a su explotación en la web, con una terminología precisa y adecuada, muy difícil de encontrar en la literatura archivística. Y en él:

… se propone el desarrollo de unas nuevas Normas Españolas de Descripción Archivística (NEDA), en plural, adaptadas al nuevo contexto social y tecnológico, tomando como base:

  • Las normas internacionales en materia de archivos ya aprobadas (ISAD(G)2, la ISAAR(CPF)2, EAD) y en fase de desarrollo (EAC, ISAF, etc).
  • La práctica archivística española en los procesos técnicos de identificación y descripción de fondos y colecciones.
  • La experiencia acumulada en el desarrollo de sistemas de información archivística.
  • Toda la documentación generada a lo largo del proyecto NEDA1 y sus resultados.
  • Otros esfuerzos normativos regionales y nacionales (MDM, NODAC, DACS, RAD2, etc)
  • La normalización de la descripción bibliográfica a nivel internacional y nacional (FRBR, FRAR, Declaración de Principios Internacionales de Catalogación, ISBDs, GARR, GSARE, MARC21, RC, RDA, etc)

De esta manera, y partiendo de un modelo de datos consensuado que identifique las entidades, atributos y relaciones que debe representar un sistema de información archivística, las NEDA pretenden agrupar un “conjunto de normas profesionales aplicables en el ámbito de la descripción archivística”:

Normas de entrada de datos (de aplicación obligatoria):

  • Normas de estructura de datos para cada una de las entidades que se contemplen.
  • Normas de contenido de datos para los componentes estructurales fijados en las normas anteriores.

Normas de salida de datos (de aplicación opcional o recomendable):

  • Reglas de aplicación opcional de presentación de datos en pantalla o en salida impresa.
  • Recomendaciones de codificación de datos para el intercambio o comunicación entre sistemas, empleando diferentes sistemas de metadatos (EAD, EAC, MARC21, Dublin Core).

Se trata, en definitiva, de una excelente noticia, de la que esperamos ir conociendo detalles en los próximos meses. Para ello, propongo una idea: que la CNEDA cuente con un weblog a través del que vaya difundiendo sus trabajos.

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I-EI-DI, I-EI-SI, I-EI-YI, por Abelardo Santamaría Gallo

3ª Conferencia Europea sobre EAD, EAC y METSDurante los pasados días 24-26 de abril tuvo lugar en Berlín la Tercera Conferencia Europea sobre EAD, EAC y METS. Respecto al lugar de encuentro, éste no podía ser más acertado: una iglesia de moderna remodelación en una nueva ciudad, dinámica, activa, levantada sobre cenizas, escombros y divisiones, y encima con el sol de España, lo cual siempre da buen rollito y favorecía la interoperabilidad mediterránea en la terraza. Tradición y modernidad, unificación, comunicación… eran las características del espacio, pero también las cuestiones de debate de la nueva fe a profesar: normalización, construcción de sistemas unificados de información y mejora del acceso global a los recursos archivísticos.

El Concilio de Berlín

En este entorno tan religiosamente moderno se tocó prácticamente todo el santoral normativo (especialmente los de primera división), y estuvieron presentes reputadas dignidades de las diferentes iglesias nacionales y múltiples cofradías de todo el Occidente tecnológico: el primer día se dedicó a EAD, la mañana del segundo a EAC y la tarde a METS (en una sesión común con el DLM-Forum). La última jornada se centró en algunos sistemas de información archivísticos (A2A, etc), e incluso resucitó el Censo-Guía de Archivos y EAG (casualmente ocurrió el tercer día). La conferencia fue realmente interesante, y la organización cuadriculada. Incluso las fraternales paradas para la comunión diaria (coffee break) en la terraza eran realmente provechosas (la tarta de manzana deliciosa), eso sí nunca sin dejar de pronunciar más o menos respetuosamente las palabras mágicas (<i ei di><i ei si><i ei yi>) que conducen al paraíso prometido. Espero que sólo valgan para la inmortalidad de la información, porque como me toque otra vida con estas siglas a cuestas casi que prefiero la apostasía de la ficha mecanografiada.

Abrió el concilium Hartmut Weber (Presidente del Bundesarchiv), quien introdujo magistralmente la cuestión de la normalización en el contexto de la globalización, la explotación de las TICs y la construcción de un sistema de información europeo que mejore el acceso a los recursos archivísticos.

A lo largo de la conferencia quedó claro que las relaciones entre ISAD(G)-EAD de una parte e ISAAR(CPF)-EAC de otra son perfectamente complementarias, sin que quepa buscar competencias o conflictos entre ámbos ámbitos (“a Dios lo que es de Dios, y al César lo que es del César“). Vamos que para nuestra tranquilidad el uso de EAD y EAC no sólo no es pecado sino que es plenamente conforme con nuestros dogmas fundamentales. De velar por la ortodoxia se ocuparon Michael J. Fox (EEUU) y Nils Brübach (Alemania), miembros del CBPS del CIA.

I-EI-DI

En la sesión dedicada a EAD, Kris Kiesling habló del desarrollo de este estándar y de su actual utilización en EEUU, especialmente en los múltiples consorcios existentes con proyectos de bases de datos colectivas consultables en la Web, y nos recordó que el año que viene la criatura cumple ya 10 añitos. Además se expusieron las experiencias de trabajo que han tenido lugar en diferentes países europeos: se dieron detalles de los múltiples proyectos de Francia (Claire Sibille), Polonia (Hubert Wajs), Alemania (Petra Rauschenbach), además del siempre modélico Archives Hub del Reino Unido (Amanda Hill). De todo ello parecía sacarse en limpio que el éxito de este tipo de proyectos a nivel regional y nacional dependía de varias cuestiones clave, en modo alguno novedosas: financiación, coordinación, software, normalización y formación. Además, aunque ahora contemos con normas detalladas de estructura y codificación de datos, queda aún mucho por hacer en el camino hacia la construcción de sistemas de información internacionales: las barreras lingüísticas y las diferencias en los estándares nacionales reguladores del contenido son los principales escollos.

I-EI-SI

Conferencia Europea sobre EAD, EAC y METS: Daniel Pitti habla sobre EACEn la sesión dedicada a EAC, comenzó hablando el mesías de XML para la descripción archivística y papá de las criaturas (EAD y EAC), Daniel Pitti, que recordemos lleva trabajando en esto desde el Berkeley Finding Aid Project de 1993. Por cierto, es una persona de carne y hueso, y no un servidor Web con inteligencia artificial como yo pensaba. Daniel se centró en el trabajo de desarrollo de EAC (desde la reunión de Yale de 1998 hasta la actualidad), justificó el necesario triángulo de interrelaciones entre descripciones de documentos, agentes y funciones/actividades de nuestro modelo conceptual, sus normas (ISAD(G)-EAD, ISAAR(CPF)-EAC, ISAF-?), y además nos sacó de dudas (por lo menos a mí) respecto al retraso del paso de EAC a versión definitiva. Parece que hay que revisar EAC porque los feligreses nos quejamos de que es demasiado compleja (también es verdad que nunca se nos dijo que la ruta al paraíso iba a ser un camino de rosas). Lo cierto es que el Grupo de Trabajo EAC tiene ahora el reto de simplificar la norma, aunque lógicamente sin renunciar a su mayor virtud: constituir una pieza esencial para facilitar la construcción de bases de datos nacionales e internacionales. Quedamos por tanto invitados a enviar nuestros comentarios. Su comentario final sobre la normalización fue efectivamente magistral: «it doesn’t matter what you do in the privacy of your own repository, but if you´re going outside, please dress up in a standard».

En esta sesión también intervinieron Adrian Cunningham (Australia) que hizo hincapié aún más en la necesidad de construir sistemas de información archivísticos basados en el modelo conceptual y las normas apuntadas para posibilitar búsquedas más precisas, fundamentadas en la explotación de autoridades contextuales (agentes y funciones/actividades); Anke Löbnitz (Alemania), que expuso la utilización de EAD y EAC en el proyecto daofind; y Gerald Maier (Alemania) que proporcionó detalles del muy interesante portal BAM que ofrece un único punto de acceso Web a múltiples recursos culturales de archivos, bibliotecas y museos de Alemania.

I-EI-YI y otras hierbas

En la sesión dedicada a METS intervinieron Merrilee Proffitt (EEUU), Markus Enders (Alemania), Andreas Kellerhals (Suiza) y Angelika Menne-Haritz (Alemania). METS (Metadata Encoding & Transmission Standard) es el estándar más novedoso para nosotros, aunque ya tiene sus añitos (este schema XML se creó en 2001 bajo el patrocinio de la DLF). METS no es más que una especificación para codificar en XML los metadatos descriptivos, administrativos y estructurales de los objetos digitales de un depósito, es decir, en nuestro caso fundamentalmente las reproducciones digitales de los documentos de archivo.

La última de las sesiones se centró en determinados sistemas de información archivísticos accesibles en la Web y en el uso de EAD y EAC: Bill Stockting (Reino Unido) nos dio una visión de A2A; Stefano Vitali (Italia) expuso determinados sistemas (SIAS, SIUSA, Guida Generale degli Archivi di Stato, SiAsfi…); Blanca Desantes (España) proporcionó una visión del Censo-Guía de Archivos de España e Iberoamérica y de la creación y uso de EAG.

La guinda de la conferencia fue una mesa redonda -integrada por algunos miembros de EBNA, aunque también estuvo presente Kris Kiesling (EEUU)- sobre el proyecto de pasarela a los archivos europeos. En aquel momento la expectación era máxima. Después de tres días de proselitismo sobre la normalización y el acceso global a los recursos archivísticos la pregunta era muy clara: ¿qué pasa con el sistema de información europeo?. Lo cierto es que dio la impresión de que no existe una voluntad demasiado firme al respecto, de que todo está un poquito verde, y de que, frente a los colegas bibliotecarios y al proyecto de Biblioteca Virtual Europea, aún queda mucho por trabajar en la configuración de un verdadero sistema de información archivístico europeo. Efectivamente el proyecto podría comenzar por ir poniendo algunos pequeños cimientos sólidos de ese futuro sistema. Pero por cierto, en lo que a nosotros respecta:

¿Qué tal vamos en la construcción de nuestros sistemas regionales y nacional de información archivística?

Abelardo Santamaría Gallo

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